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here) El 27 de octubre debía haber llegado la cigueña
con el paquete pero no, no llegó.
Paciencia.
El 31 de octubre llamaron del hospital
que al bebé lo iban a dejar allá,
que-y-que porque la dirección
que le habían dado (a la cigüeña)
era muy complicada
y que para hacerlo mas fácil,
mejor lo dejaban en el hospital.
Avery, que estaba tan contenta
de recibir su Felix en casa,
en su piscina nueva especial para partos caseros,
por causa de ese cambio repentino, tuvo que ir al hospital.
Lo único bueno, y ella lo puede atestiguar,
es que, como la llevaron en ambulancia
y ella nunca se había montado en una,
era realmente como ir al parque de diversiones,
es mas, insistió que se le tomaran fotos para la posteridad.
No le molestó tanto que tuviese que recibirlo allá.
Uiu uiu uiu la llevaron a través del tráfico matutino,
estudiantes vestidos de brujas
y señores encorbatados manejaban al revés,
por el canal al revés con el café en la mano.
Arribaron al Royal Berkshire Hospital en Redding,
una ciudadita a media hora o una hora de Henley (según el tráfico),
sin ningún atractivo turístico
pero con un hospital antiguo construido en 1839.
Despues de mas de 12 horas
con dolores que solo las madres pueden entender,
y despues de haber pujado con máximas fuerzas
para abrir el túnel de salida por una hora mas,
la llevaron al quirófano porque la cigueña,
dis'que tenía que entregar a Felix a través
de una doctora hindú que tuviera un solo ojo.
Esta como que trabajaba allí
en ese salón de operaciones de este hospital Real
y de paso era experta en extracciones con aspiradoras:
Cristina Pandemonium.
Cristina que ya está a punto de retirarse
por la falta de su ojo izquierdo,
firmemente dió las órdenes.
Tenía a sus aprendices ese día operando
las famosas aspiradoras llamadas "ventouse" marca francesa
y a Avery bajo estrictas órdenes de ayudar.
Avery pujó con fuerza bajo amenaza de que,
si no lo hacía herculeanamente y
sacaba al bebe por el tunel principal,
tendrían que cortar a la cigueña en dos.
Avery, como buena amante de esta especie de cigüeñas,
no queriendo que se produjera un corte cesáreo innecesario
debía pujar por un lado mientras la "ventouse" halaba por el otro.
Esa fué la única manera de hacer
que la cigueña soltara al carajito: obligada.
Pero el ambiente fue amigable y social, sin quejidos:
Avery que para entonces estaba bajo los efectos de las drogas,
en vez de gritar y hacer un exorcismo
cantaba "hallowinescamente" rondas de fantasmas y huesos
mientras Matt le hacía la segunda voz.
Simultaneamente la renovada Avery-sin-dolor
telepáticamente les decía a sus músculos:
- Empujen duro porque ahora no los siento-
y movía a un ser para el otro lado del tunel.
Se asomaba una cabeza.
Y halada bruscamente por las ventosas poderosas
salió un objeto no identificado.
El susto fue cuando lo vieron:
un Herman Monster auténtico, tamaño bolsillo.
(similar al modelo en la foto pero gris)
Avery y Matt dijeron inmediatamente
que esto no era lo que ellos habían pedido,
debe haber habido una confusión, seguramente que si.
Aquello expulsado era gris, arrugado, cubierto de meconio.
Parecía viejo y usado, estaba sucio y de paso,
ni si quiera funcionaba bien ¡no lloraba!
Matt y Avery se vieron a los ojos
- Realmente, esto NO era lo que
nos esperábamos.
Aparentemente este travieso Felix,
como llegó en Halloween,
les quizo echar un susto a estos padres primerizos.
Venía disfrazado de mounstruo,
se maquilló de gris, se llenó de barro.
El intencionalmente planeó que
las ventosas le 'encuadraron" la cabeza
para darle un look de Frankenstein.
-¡VAYA SUSTO!
Inmediatamente los especialistas acongojados
por el dolor de esos padres
y por pura compasión humana,
le empezaron a quitar ese traje
con el cual vino y vieron
que realmente era un bebé, rozagante,
que sí lloraba y además era fuerte y vigoroso.
El pequeño inmediatamente empezó hacerle
muecas mágicas a los padres
para que lo reconocieran por quien el era
verdaderamente, un Felix feliz.
Y aunque su cabeza quedó cuadrada,
sus padres lo vieron como a un angel,
especialmente despues de ponerle un gorrito.
La negrita que lo examinó dijo que
ese maquillaje con prótesis tan extraordinario
solo se quita con tiempo, agua y jabón.
Despues de un día
de observación del túnel de salida de Avery
y del maquillaje especial de Felix,
los dieron a ambos de alta y les aconsejaron
que desde ese día en adelante
podían jugar a mamá-y-bebé en la comodidad
de su propio hogar.
Y así lo hicieron.
